● Los padres de familia se unieron para poder llevar a cabo una de las más famosas tradiciones de la Universidad Autónoma de La Laguna.
● El show de Boom Boom Kids animó a todos los alumnos de primaria con sus juegos.
Texto y fotos Daniela López Pimentel / Torreón, Coahuila.
El pasado miércoles 30 de noviembre a las 18:00 horas, todos los grados de la sección primaria de la Universidad Autónoma de La Laguna se juntaron para llevar a cabo la tradicional discada que se realiza cada año, como parte de las celebraciones de aniversario de la universidad.
El evento sucedió dentro de las instalaciones de la escuela, atrás de la cafetería y adelante de la puerta cuatro del gimnasio-auditorio, distribuidas se encontraban una gran cantidad de mesas y sillas, listas para ser ocupadas por los padres de familia y sus hijos. Conforme fueran llegando, a los lados en las zonas donde había tierra estaban colocados los discos de cada salón, junto con su leña y/o tanque de gas, al igual que todos los ingredientes necesarios para darle buena sazón a los cinco kilos de carne, que la universidad obsequió a cada uno de los doce grupos que conforman la primaria.
Mientras las madres y los padres se encargaban de cocinar la discada, los niños corrían de lado a lado sin agotarse, en el fondo se podía escuchar música por parte de Sabag Producciones con el DJ Pável Arévalo en la consola, también, decorando el lugar, había reflectores de luz que verdaderamente le daban un toque de fiesta al evento.
A las 19:00 horas se les pidió a todos los niños, que tomaran asiento en varias hileras de sillas, ya que el show infantil por parte de Boom Boom Kids estaba a punto de empezar. Cuando todos los niños estaban sentados, dos botargas de conejo y una mujer vestida de pies a cabeza como princesa, llegaron saltando a animar el ambiente, primero se pusieron a bailar y jugaron a la serpiente, después apareció una botarga de pato y jugaron a bailar canciones de tiktok, a los ganadores de les dio una pelota de plástico como premio. Luego aparecieron el lobo y el coyote, que platicaron un rato con los niños, para después jugar al bosque; a partir de ahí varios animales fueron participando en el show.
Esta tradición culminó con la cena de la rica discada que duró toda la noche preparándose, absolutamente todos los asistentes se veían muy contentos con cómo había salido la noche. Deyanira Gutiérrez Mora, una madre del grupo de sexto A, al ser preguntada en qué aspectos este tipo de actividades ayudan, respondió: “es una muy bonita oportunidad para que los niños convivan fuera del horario escolar y también para que nos podamos conocer e integrar como padres de familia”.
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