Tania Campos Canseco

Mail: tccanseco@gmail.com y mi Facebook es @tccanseco

Corría el verano de 1997, me encontraba sentada en la ventana de la habitación de mi dormitorio en las residencias del Tec de Monterrey y sintonizaba una de mis estaciones favoritas 98.1, cuando de pronto empezó a sonar una melodía que nunca había escuchado antes “Si tú no estás” de Rosana Arbelo, súbitamente como en una cascada se agolparon los recuerdos de mi “primer amor”, el chico del que me había enamorado y que en tiempo récord había roto también mi corazón.

Las lágrimas empezaron a fluir, creo que, hasta ese entonces, no había reparado en lo mucho que me dolía haber terminado aquella relación que por ser la primera tal vez, o por ser tan rápida quizá, me había dejado en un impasse en lo que se refiere a mi vida sentimental.

Por aquél entonces tenía una maestra Valerie Briet, con quien solía platicar muy a gusto, nos íbamos a un Vip’s a tomar café y echar el chal de vez en cuando, después de escuchar esa canción en la radio, le pregunté si podíamos reunirnos, necesitaba con quien hablar. Entonces le empecé a platicar de mi “mal de amores” y de la canción que había escuchado que me había hecho “llorar como Magdalena”. Ella de pronto me dijo: “espérame tantito” y se lanzó a la tienda Vip’s de donde regresó con el cassette de Rosana su primera producción “Lunas rotas” donde venía esa canción que me había conmovido.

Ahí empezó mi viaje con Rosana, cada producción nueva que salía yo la compraba y la “devoraba”, aprendí a tocar algunas de sus canciones en la guitarra, luego en el año 2001 cuando estaba estudiando en Barcelona, tuve la dicha de verla en concierto en el Palau de la Música Catalana, un recinto por demás hermoso, donde su voz y su carisma inundó cada uno de los corazones.

Recuerdo que me impactó especialmente que en un momento dado bajó del escenario con todo y guitarra y cantó entre todas las butacas, dejaba que la gente se acercara, la abrazara, tomara fotografías, y escuchar su voz tan de cerquita me conmovía aún más, la verdad es que hoy al recordar ese concierto con mis amigos se me ponen los vellos de punta por la emoción de lo vivido.

Más adelante, en el año 2005 tuve la oportunidad de verla en otro concierto en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México, con la misma calidez, en un recinto más pequeño, un concierto “más íntimo”, recuerdo que una prima me acompañó a ese concierto y una semana antes se había conseguido una recopilación de sus éxitos para poder cantar sus éxitos a todo pulmón.

Y así después de Lunas rotas, vino Luna Nueva, Rosana, Magia, A las buenas y a las Malas, ¡Buenos días Mundo! y su último disco: En la memoria de la piel, publicado en el año 2016. Cada uno de ellos con grandes y conmovedoras canciones, e incluso después hizo un disco de duetos “8 lunas” del que he disfrutado todas las canciones, pero principalmente la versión de “Sin miedo” de la mano de Sie7e, y “Yo no te dejo marchar” junto con Martina “la peligrosa”.

Un dato que creo es poco conocido, es que el lago de Ajijic en el estado de Jalisco fue escenario del videoclip de la versión original de “Yo no te dejo marchar”, una canción que cadenciosamente nos habla de una ruptura pero velada, es decir “Yo no te dejo marchar / salvo que tú quieras irte / cuélgame el “no molestar”/ si te vas sin despedirte”.

Para que puedas disfrutar de esta canción, pero en su dueto con Martina “la peligrosa” te dejo el video que además de bonito, adquiere un tono menos melancólico gracias a la fresca voz de Martina.

Además, aprovecho para recordarte que a través de la música podemos viajar por distintos estados de ánimo, pero también por países, épocas, recuerdos e incluso gente que ha estado a nuestro lado mientras suena una canción determinada, porque para viajar, no siempre es necesario moverse del sillón.

¡Te espero en la siguiente columna!

2 comentarios
  1. Quetzalcoatl
    Quetzalcoatl Dice:

    Pero que maravilla conocer a esas personas que nos hacen volar en sentimientos con una canción, sea o no producto de la mercadotecnia.
    El llegar a vivir y respirar junto a esos ídolos que disfrutamos, así como leer tu columna, es volar y soñar contigo.
    Gracias. Iniciando año con buena calidad.

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