• Destacándose el solista Gabriel Robles en el contrabajo.
  • Quinto concierto de temporada para la Camerata de Coahuila.

Ana Sofía Campos Frías / Torreón, Coahuila

La noche de ayer, viernes 6 de octubre, se llevó a cabo en el Teatro Isauro Martínez el Quinto Concierto de Temporada Otoño-Invierno de la Camerata de Coahuila, en la cual predominaría la participación del maestro Gabriel Robles como solista.

El teatro abrió sus puertas al público a las 8:00 p.m., pero fue hasta las 8:30 p.m. cuando se anunció la tercera llamada y sobre el escenario imperaron los músicos de la Camerata de Coahuila bajo la dirección del maestro Ethan Eger.

La obra que interpretaron fue el concierto para contrabajo op.3 del compositor Serguei Koussevitsky en la cual sobresaldría la participación del maestro Gabriel Robles como solista. Este concierto se compone de tres movimientos.

El primero “Allegro” inicia con un tema por la orquesta que posteriormente es respondido por un recitativo del contrabajo, para de esta manera continuar apasionadamente con el tema inicial. Después de un puente, se presenta el segundo movimiento “Andante”, en este el contrabajo alcanza su rango más bajo para después seguir con el concierto en sus rangos medios y altos. Finalmente, se llega al tercer movimiento, otro “Allegro” en el cual se retoma el tema inicial de manera magistral.

Esta obra, que resulta de extraordinaria dificultad técnica dada su velocidad y precisión, fue interpretada de manera asombrosa por el solista Gabriel Robles, acompañado de la Camerata de Coahuila.

Luego de haberse ofrecido un breve intermedio, la Camerata de Coahuila volvió a conquistar el escenario; esta vez con la Sinfonía no.2 en Do Mayor, Op.61 de Robert Schumann.

El primer movimiento “Sostenuto assai – Allegro ma non troppo” inicia con las trompas y trompetas para ser complementada por la melodía suave de las cuerdas y así llegar a un tema principal para concluir con una brillante coda. Luego, llega el segundo movimiento “Scherzo” el cual se compone de un intercambio entre las maderas y las cuerdas.

Posteriormente, “Adagio espressivo”, el tercer movimiento, entra en la obra; aquí vuelve el tema principal con un mayor dominio y una notable expresividad. La sinfonía termina con el cuarto movimiento “Allegro molto vivace”, donde además del tema principal se interpreta un segundo tema más sereno y pacífico.

Indudablemente, la Camerata de Coahuila ofreció una gran noche de concierto para el público que expresó su gusto mediante calurosos aplausos y clamores.

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