• Investigar las dinámicas grupales en los asilos, es parte de este estudio.
  • Los adultos mayores que terminan en los asilos, tienen que lidiar con muchos abandonos y situaciones que complican su proceso adaptativo.

Haide Ambriz Padilla / Torreón, Coahuila.

Ana Maylin Gómez Villalobos, egresada de la licenciatura en Psicología de la Universidad Autónoma de La Laguna, compartió su trabajo de investigación titulado: Dinámica grupal y aspectos emocionales del adulto mayor, abandonado en casas de retiro.

En México, los adultos mayores son personas de 60 años o más. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) de 2022, 18 millones de personas en México tenían 60 años o más, lo que representa el 14% de la población total del país.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una de cada tres personas de 60 años o más tiene alguna discapacidad (31.6%). Por sexo, es mayor la proporción de mujeres (56.3%) que la de hombres (43.7%). La discapacidad con mayor proporción es la relacionada a la movilidad (dificultad para caminar, moverse, subir o bajar) tanto en hombres y mujeres.

En México existen 819 Asilos y otras residencias para el cuidado del anciano, 85% son del sector privado y 15% del sector público, de acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del INEGI.

Acorde con el DENUE, todos los estados de la república cuentan con asilos y otras residencias, públicos, privados o ambos. No obstante, del total de asilos privados, 64% se encuentran en 9 estados (Jalisco, Ciudad de México, Nuevo León, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí, Sonora y Yucatán).

La investigación está basada en dos teóricos, una habla en general de la primera infancia, así como de las figuras maternas y paternas. Melanie Klein habla sobre las posiciones esquizo, paranoide y depresivas. Por otra parte, Donald Woods Winnicott, habla respecto al sostén de la madre, desde la primera infancia.

“Estas dos teorías se entrelazan, sí existe una madre suficientemente buena, que cumple con las necesidades o demandas del bebé, podría predominar en la vejez recuerdos depresivos, por cosas que hicieron hace años y quieren reparar. O por el contrario asumen posiciones esquizo-paranoides, siempre hice todo bien, todo el mundo está mal”, explicaba la psicóloga.

Winnicott teorizaba cómo llegar a una posición depresiva, pero se necesita a la madre para poder llegar a este punto, si no está el otro, cómo podría llegarse a esta posición. El teórico divide en dos, la madre ambiente; la que sostiene, que recubre al bebé, que está para él. Mientras que la madre objeto, toda su energía, excitación y pulsiones, lo desecha en la madre, es decir cuándo la agreden los niños con jaloneos, mordidas, entre otros.

La pregunta clave es ¿qué pasa para que en la dinámica grupal de un asilo se abandonen entre ellos?, no hay grupos, se comportan de manera más individualista y qué pasa con la institución que no responde a las necesidades de los ancianos, como una madre.

Los adultos mayores sufren diversos abandonos en un asilo, primero el de su familia, luego en su círculo social y finalmente por parte de la institución que no responde a las necesidades de los adultos mayores. Totas estas situaciones afectan en el comportamiento grupal y la socialización.

Se realizará la observación en tres asilos, para conocer cuál es la dinámica grupal y los aspectos emocionales de estos adultos mayores. Para conocer de dónde se pueden “agarrar” los adultos mayores para sobrellevar todos estos duelos, para adaptarse y continuar como individuos funcionales en esta nueva etapa de sus vidas.

La sociedad se quiere alejar constantemente de la vejez, por miedo, por desconocimiento, existe mucha incomprensión, abandono familiar, social, faltan servicios de salud de calidad para las personas adultas mayores

“La sociedad está en un estado de negación, no quiere aceptar la vejez, desde no aceptar su cabello con canas, las arrugas, desde lo más simple y estético, hasta otros aspectos más profundos, como el tema laboral, entre otros. Los mexicanos tienen miedo a la vejez y lo que no queremos ver, lo alejamos, lo negamos”, manifestó la psicóloga.

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