Por Luz Hernández / Torreón, Coahuila
En México hay 44,364 personas ocupadas como periodistas, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Los comunicadores o periodistas son los profesionales encargados de realizar el trabajo que involucra informar y entretener a las personas a diario, y en medida de lo posible, en el momento en el que suceden los hechos.
Habituamente, bajo la premisa de llevarlo a cabo de forma objetiva, una característica que el diccionario de la Real Academia Española (RAE) define como la cualidad de imparcial, neutral o ecuánime.
“Nosotros no creemos en la objetividad porque no somos objetos, somos sujetos y un sujeto difícilmente obedecerá a la frialdad de una postura frente a un hecho informativo”, explica Marcela Pámanes, periodista.
Sin embargo, desde los inicios del periodismo en el siglo XIX y XX se le concibe al periodista como un ente incapaz de emitir una opinión con el fin de no interferir con los hechos.
Pese a ello, aunque varias personas presencien y den a conocer un mismo suceso, la versión que presente cada una será distinta.
Esta concepción de la objetividad se ha tergiversado al intentar dotar de esta cualidad a sujetos de distinto sexo, edad, clase social, educación, principios, creencias, afiliación política, religión y valores profesionales.
“Por ahí, si no mal recuerdo esa frase es de Raymundo Riva Palacio y es: “Se ocupa ser justo y equilibrado”. Justo significa darles a todas las partes derecho de voz, y equilibrado es no ser tendencioso por ninguno de los dos”, comenta el periodista David De la Garza.
Esto tiene su fundamento científico en la teoría de la sociología de la producción de mensajes o sociología de los medios de comunicación, que responde a los factores internos y externos que rodean al periodista y que afectan su forma de dar a conocer la información.
Los investigadores Pamela Shoemaker y Stephen D. Reese, proponen para explicar este fenómeno un modelo jerárquico de influencias en el contenido, en el que sitúan por niveles, en orden ascendente y según su capacidad de influir, los factores individuales, las rutinas de trabajo, las condiciones de la organización, así como las influencias externas e ideológicas.
EL PERIODISTA
Nivel de factores individuales
«Nosotros creemos que cada sujeto trae un bagaje emocional e informativo que incide de alguna manera”, afirma Marcela Pámanes.
En el ámbito informativo, a pesar de las revisiones exhaustivas destinadas a depurar y tratar la información, lo que se dice y la forma en que se dice ejerce una notable influencia en el público.
El periodista se convierte elemento capaz de influir e incluso cambiar la perspectiva de a quienes informa.
“Las personas, de manera inconsciente, al estar escuchando las noticias o viendo los medios de comunicación se están educando porque es su manera de tener una referencia”, detalla Fátima De la Paz, periodista.
Sin embargo, el periodismo no solo tiene la tarea de informar, sino que también tiene el don de servicio. Un periodista comprometido con su profesión será capaz de evidenciar la realidad y transformar la vida de quienes lo escuchan.
Marcela Pámanes recuerda que en alguna ocasión recibió una llamada de una mujer que la escuchó hablar sobre el cuidado de los niños que sufrían abuso sexual.
Esa persona, que tenía conocimiento de una situación de abuso infantil, le explicó que se sentía culpable porque no era capaz de denunciar esa circunstancia. Tras tranquilizarla y orientarla en las acciones que podía tomar, ella logró poner una denuncia legal contra el agresor.
“Eso te lo juro que vale la pena por encima de todo, porque les estás cambiando la vida, no nada más a la persona que llamó para sentirse mejor, sino a los niños que les están dando una oportunidad de estar en mejores circunstancias”, cuenta Marcela.
LA RUTINA
Nivel de procedimientos de los medios
El procedimiento que el periodista siga para obtener o dar a conocer la información en un espacio, ya sea en el periódico, radiofónico o televisivo, podrá venir de distintas fuentes.
En el libro Teoría e investigación de la comunicación de masas de José Carlos Lozano, el autor retoma dos experimentos realizados, uno en México y otro en Estados Unidos, a reconocidos periódicos de circulación nacional.
En ellos se observa que la mayor parte de la información se obtiene a través de canales rutinarios e informales, es decir, que se derivan de boletines, ruedas de prensa, actos oficiales; foros e incluso información de otros medios de comunicación o de agencias de noticias.
“Tenemos un reportero que abarca lo que es La Laguna y a nivel estatal, pero la agencia me provee información a nivel nacional, que es, digamos un punto ciego para nosotros que no estamos en otros estados de la República”, expone Fátima.
Pese a que esta información es sometida a otro proceso de revisión para completarla, corroborarla o desmentirla si es el caso, son pocas aquellas notas que provienen de la investigación, la documentación y las entrevistas propias del periodista.
“Lo ideal sería siempre partir de alguna hipótesis que quieras comprobar, también me ha servido hacer un mapa de fuentes a las cuales hay que acudir para tener un poco más de estructura, porque si uno termina divagando”, admite el periodista Francisco Rodríguez.
No obstante, en muchos medios de comunicación se le asigna a sus periodistas una orden de trabajo diaria en la que tienen que cumplir con una cuota de noticias para cubrir los espacios disponibles.
De este modo, resulta complicado para los periodistas el privilegiar la investigación. Además, el periodismo es una profesión en la que se descansa poco y requiere la presencia de quien lo ejerce durante casi las 24 horas del día.
“Eso es uno de los costos más altos que uno tiene que pagar porque tienes que estar informada muy temprano y tienes que irte a la cama bien informada muy tarde”, reconoce Pámanes.
LA EMPRESA
Nivel de organización
Mucho se ha hablado en torno a la información, ¿pero toda la información es noticia en todos los medios de comunicación? No necesariamente, la noticia es noticia según el impacto que tenga para su audiencia y de acuerdo con los valores del medio, aunque estos permanezcan ocultos y privados.
“Por políticas internas, nunca un jefe editorial o un director te va a decir, ni siquiera es directo la manera en que lo comentan. Tú entiendes bajo una línea editorial que hay una tendencia”, manifiesta David.
Así, los periodistas deberán cuidar el manejo de la información para que no se vea a favor o en contra de los involucrados. Para guiar esta parte, hay algunos medios que cuentan con un manual de estilo, en el que se explica lo que se permite. A veces este rol también lo cumplen las personas que llevan más tiempo trabajando en el medio o los mismos directivos.
“Hay que saber cuidar para que no se vea como que lo estamos promocionando, a menos de que exista algún convenio de por medio, que eso pasa en todos los medios de comunicación”, señala Fátima De la Paz.
No siempre los objetivos del medio coinciden con las ideas del periodista, eso les representa el reto de encontrar un punto medio en el que ambos estén de acuerdo, de forma que puedan opinar sin limitarse y sin dañar el interés de su medio.
“Siempre ha estado mal vista la autocensura o la censura en los medios de comunicación, pero la realidad es que es una gran herramienta de supervivencia”, expone De la Garza.
México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, según la organización Article 19 MX-CA, en los que sus periodistas encuentran en la autocensura una forma de evitarse problemas económicos, o en casos de mayor gravedad hasta amenazas de muerte y asesinatos.
“No vale la pena como para ponerse en riesgo, porque evidentemente ninguna nota, ninguna exclusiva, ninguna empresa, vale la vida de una persona”, sostiene Francisco.
EL CONTEXTO
Nivel de extramedios e ideológico
Según el cuarto y quinto nivel del modelo jerárquico de Shoemakey y Reese, los otros factores que inciden en el manejo de la información son el contexto político, económico y cultural en el que se está inmerso y en el que se encuentra su público.
Los periodistas están obligados a pensar en quienes los leen, los ven o los escuchan, y actualmente, obligados a adaptar los contenidos a las redes sociales y nuevas plataformas para llegar a otras audiencias.
“Antes el periodista, el locutor o el conductor no competían más que contra sus compañeros de otros medios de comunicación. Hoy no, hoy te enfrentas a que la gente tiene en su mano el poder de poder estar viendo plataformas de streaming, redes sociales, plataformas de video, plataformas de audio”, declara David De la Garza.
Las consencuencias de este fenómeno para el periodista van más allá de los productos con los que compite cuando genera un contenido, recae en la segmentación de una audiencia que ya no busca al periodista para entretenerse, porque para eso están las series o películas, ni para informarse, porque para eso tienen acceso al internet o a las redes sociales.
“La gente hoy solo busca al periodista por una sola cosa, por su opinión”, sentencia David.
Para generar una opinión atractiva para el público, el nuevo trabajo del periodista será construir un sentido de identidad y nuevas estrategias que le permitan tener una mayor conexión con sus seguidores.
“Hay una especie de jungla en los medios de comunicación donde todos compiten por el clic, por recibir las vistas, las lecturas, y ahí radica, pues precisamente, la capacidad del periodista de poder crear nuevas narrativas”, plantea Rodríguez.
Las capacidades que el periodista adquiera deberán ser independientes de las características y del género del periodista, pues aunque la sociedad avanza en términos de equidad de género, las mujeres en los medios de comunicación aún son víctimas de una violencia silenciosa, según la propia Marcela Pámanes.
“Eso lo he sentido de parte de los invitados, les cuesta aceptar que tú estés ahí sentada y que estés interrogando, que estés cuestionando, que estés haciendo el trabajo que haces”, relata.
Exponer ante la audiencia las condiciones y los intereses personales del periodista, la labor periodística se convierte en una más justa y equilibrada.
De lo contrario, si el periodista elige mantenerse bajo la bandera de la objetividad como tradicionalemente se ejerce, las personas no creen en él, le restan credibilidad.
“Porque es notorio, aunque tú no te des cuenta, cada vez que hablamos sacamos nuestros verdaderos intereses y se nota nuestra pasión y nuestra forma de pensar”, revela David De la Garza.
Es por eso que las nuevas generaciones de periodistas, y aquellas que ya tienen una larga trayectoria deben mantenerse abiertos al cambio y con el compromiso hacia su público.
“Hay un motivo por el que escribiste la nota, alguna persona en el mundo se está haciendo una pregunta que con tu nota puedes responder”, concluye Fátima.
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