Por Liliana Ramírez Castillo / Gómez Palacio, Durango

«En Estados Unidos, buscamos lo mismo que todos: una vida digna para nuestros hijos»,

expresó Rosibel, migrante oriunda de El Salvador.

Rosibel, una migrante originaria de El Salvador, comparte un testimonio que resuena en la experiencia de muchos que, como ella, han dejado su tierra natal en busca de oportunidades fuera de su país. «En Estados Unidos, buscamos lo mismo que todos: una vida digna para nuestros hijos», expresó con una mezcla de determinación y nostalgia.

Detrás de estas palabras se encuentra una compleja red de influencias que han moldeado no solo la situación socioeconómica de América Latina, sino también la aspiración de aquellos que deciden cruzar fronteras en busca de un futuro mejor.

Este fenómeno se conoce como imperialismo cultural, un término que va más allá de la dominación militar o económica, incidiendo en lo más profundo de las estructuras sociales y culturales de las naciones subordinadas.

El sociólogo Lerins Varela define el imperialismo cultural como un proceso en el que un país ejerce una hegemonía sobre otros, influenciando aspectos como el económico, político,  ideológico, social y  cultural.

Esta influencia se manifiesta en la adopción de costumbres, valores y modos de vida propios del país dominante, desplazando gradualmente las tradiciones locales y estableciendo un control sutil pero arraigado.

El capitalismo y su impacto económico y cultural

La influencia de las políticas y prácticas de naciones influyentes, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, se extienden profundamente en los países subdesarrollados. Esta influencia, según la periodista Florence Toussaint, se manifiesta en una serie de cambios culturales y económicos. La globalización capitalista, respaldada por instituciones financieras internacionales, promueve un consumismo desmedido y una mentalidad de «usar y desechar».

Este modelo, ampliamente difundido, no solo conlleva la degradación del medio ambiente y la agotación de recursos naturales finitos, sino que también altera las estructuras internas de los países menos desarrollados, dificultando el desarrollo de sus mercados locales.

Las políticas de ajuste estructural del FMI y el Banco Mundial, que incluyen la apertura a la competencia extranjera y la privatización, buscan atraer inversión extranjera, pero normalmente resultan en reducciones en el gasto público, deterioro de los servicios sociales y explotación laboral. Esto, según diversos expertos como el sociólogo Licio F. Oliver Costilla, contribuye al aumento de la pobreza y las desigualdades sociales y territoriales, en lugar de mejorar las condiciones de vida de las poblaciones locales.

Además, el capital financiero especulativo afecta de manera negativa a los países de tercer mundo, haciéndolos vulnerables a las fluctuaciones de los mercados internacionales y dificultando su desarrollo económico.

Los medios de comunicación, en el contexto de la globalización, juegan  un papel crucial en la percepción de una vida mejor en otros países. Sin embargo, según el periodista Enrique González Manet, esta representación puede estar sesgada, enfocándose en los aspectos positivos de la globalización mientras oculta las realidades de la dominación económica y la exclusión social. Esto, como señalan el doctor en Estudios Latinoamericanos Saxe Fernández y el filósofo Christian Brügger Bourgeois, puede llevar a la alienación hacia un consumo superficial que no necesariamente mejora la calidad de vida de las personas.

Por último, el antropólogo Néstor García Canclini examina la forma en que la globalización ha modificado la participación política y la formación de identidades personales, reemplazando los discursos políticos con imágenes televisivas y encuestas de marketing. Estas reformas, impulsadas por la tecnología audiovisual, han hecho que la ciudadanía sea vea influenciada por el consumo y menos estable en términos de identidad personal y participación política.

En busca de una vida digna

 La migración es un fenómeno complejo influenciado por diversos factores, la violencia intrafamiliar y los problemas sociales inciden significativamente en la decisión de migrar.

Alberto, procedente de Honduras, explica que la presencia de pandillas en su país lo obligó a abandonar su hogar en busca de un futuro seguro. “Las pandillas amenazan con tomar a nuestros hijos si no pagamos lo que exigen”, lamentó.

Rosibel relata haber escapado de la violencia doméstica, enfrentando múltiples intentos de asesinato por parte de su expareja. “Yo quiero encontrar un trabajo estable para darle lo mejor a mis hijos y alejarlos del peligro”, afirmó.

Juan Carlos Hernández, migrante hondureño, describe la extrema pobreza que caracteriza la vida en su país: «Hay un poco más de pobreza en Honduras, entonces no nos alcanzaba para ver la tele y cosas así”, explicó.

Anastasio Valdez, de San José de las Burras, Jalisco, ilustra cómo las tragedias pueden ser un factor determinante en la decisión de migrar. “Muchas personas presumían ser buenas y me humillaron por lo que le pasó a mi hija”, lamentó.

Desafíos educativos

Kendra, de seis años, quedó rezagada en primer grado de primaria al migrar. Daniel, de ocho años, dejó el segundo grado de primaria. Por su parte, Dayana, de nueve años, se quedó en tercer grado de primaria, mientras que Aldael, de diez años, abandonó el cuarto grado de primaria.

Según Rosaura Galeana Cisneros, académica de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la migración infantil plantea desafíos que afectan el acceso de los niños a una educación de calidad.

Entre estos desafíos se encuentran el riesgo de desapego, la exclusión social y el fracaso escolar, además de la escasez de centros educativos, la inscripción, barreras lingüísticas y la falta de documentos legales, como las actas de nacimiento.

El control de los cárteles y los desafíos en la travesía migratoria

En el trayecto migratorio hacia Estados Unidos, la influencia ejercida por los cárteles ha alterado de manera significativa el entorno para aquellos que quieren atravesar la frontera.

Juan Carlos, al comparar su experiencia de hace dos décadas con la actualidad, señala un cambio radical en las condiciones. «Antes, podías aventurarte por el monte y confiar en la suerte. Pero ya no es así. Ahora, los mafiosos controlan el Río Bravo», explicó.

Anastasio, por su parte, reveló su disposición para asumir riesgos en la búsqueda de una vida mejor. No obstante, las dificultades y la discriminación que enfrenta en México resultan evidentes. Narró un reciente incidente en el que fueron hostigados por el ejército mexicano en la colonia Hamburgo del municipio de Gómez Palacio. «De repente, llega todo el ejército en una camioneta negra y comienza a provocarnos», relató.

Trazando caminos hacia una migración más humana y sostenible

En la lucha por resolver la problemática migratoria, es vital comprender los motivos que impulsan a las personas a dejar sus países en busca de mejores oportunidades en el extranjero.

Uno de los principales factores detrás de la migración es la situación económica, agravada por la falta de empleo y la inseguridad en los lugares de origen.

Según la socióloga Rosario Varela, abordar estos desafíos requiere una intervención integral que incluya políticas económicas dirigidas a generar empleo y mejorar la seguridad en los países de origen.

Rosario Varela, socióloga

Esto implica poner en marcha medidas que fomenten el desarrollo económico local, creando oportunidades de empleo sostenibles que disminuyan la necesidad de migrar en busca de mejores condiciones de vida.

Además, es fundamental crear políticas migratorias internacionales que tengan en cuenta las situaciones y necesidades de cada uno de los migrantes.

Esto podría implicar la creación de programas de regularización migratoria para quienes ya están en territorio extranjero, así como medidas de protección para aquellos que huyen de conflictos o persecuciones en sus países de origen.

En este contexto, Lerins Varela, sociólogo, destaca que los gobiernos deben implementar políticas que aborden las causas profundas de la migración y la desigualdad, más allá de las soluciones superficiales.

Iniciativas como el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) ejemplifican los esfuerzos internacionales que buscan mejorar las condiciones económicas en la región, aumentando los salarios y mejorando las condiciones laborales. Estas medidas pueden reducir la migración al brindar alternativas sostenibles en los países de origen.

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