- Una entretenida obra que transmitió un invaluable mensaje sobre como nunca se debe olvidar el Día de Muertos y como siempre debemos recordar a nuestros seres amados.
- Con tan solo dos meses de preparación, los alumnos de bachillerato de UAL pisan el escenario causando la emoción del público.
Por Ana Sofía Campos Frías / Torreón, Coahuila
Este pasado jueves, tercero de noviembre, se realizó en el Teatro Alfonso Garibay una cómica y deleitable obra sobre el Día de Muertos por parte de los alumnos de bachillerato de UAL; los cuales representaron de manera idónea sus personajes dotándolos de características y peculiaridades que volvieron sus actuaciones entrañables que transmitieron un profundo mensaje sobre la importancia de la fecha y cómo nunca se debe olvidar.
Fue en un punto de las 19:00 horas cuando el parque de butacas del teatro empezaba a ocuparse. La sala estaba sumergida por el ambiente de expectación y los suaves susurros del público evidenciaban su impaciencia por atestiguar la obra que con tanto esmero los chicos habían preparado.
Entonces el telón se abrió y sobre el escenario se imponía El Catrín, un personaje prepotente y confiado que, al escuchar la angustia de su imprudente y gracioso ayudante por ciertas alteraciones en el mundo de los muertos, decide embarcarse a un viaje al mundo de los vivos para comprender lo que sucedía.
En la obra manifiesta como Halloween ha adquirido supremacía sobre el Día de Muertos y cómo es que las personas parecen olvidarse de esta tradicional y nostálgica festividad; por lo que El Catrín hará cuanto esté en sus manos para recuperar dicha celebración en una familia.
“Yo creo que es muy importante como mexicanos acercarnos a nuestras tradiciones; las cuales, como dice la obra, se han ido alejado por cuestión de fiestas o de otras tradiciones ajenas a nosotros. Pero no está de más seguir festejando nuestras tradiciones, seguir enredándonos de nuestra cultura y enamorarnos sobre todo de lo que es México y de lo que somos nosotros como mexicanos”,
manifestó el profesor Antuna Rodríguez, director de la obra.
Tan espontaneas actuaciones, además de todos los momentos graciosos y emotivos, causaron la risa del público, los cuales miraban hechizados en el entretenimiento que la obra “El Catrín” les despertaba.
“Fue todo un reto, es un personaje sangrón y yo no estoy acostumbrado a ser así. Fue muy complicado interpretarlo de esa manera prepotente”,
expresó Carol Estébanez Guerrero, con respecto a lo que significó para él interpretar a El Catrín.
Después de dos meses de asombrosa preparación montando la obra, los alumnos de bachillerato de UAL salieron al escenario por primera vez, envueltos en nervios y expectación, como según comentaron.
“Ha estado genial. Es algo muy importante para mí. Me gusta mucho la cultura, el arte, el teatro y espero que a ellos se les haya quedado en su primera presentación un bonito recuerdo, que les guste y que sigan con nosotros, creando historias y creando momentos”, culminó el profesor Antuna Rodríguez con respecto a lo que siente por el desempeño de sus alumnos.
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