- IMCE abre sus puertas para hablar de salud mental en el cine.
Fernando Esquivel Ramírez / Torreón, Coahuila.
En colaboración con el Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón (IMCE) Antonio Álvarez Mesta y Miguel Báez Durán, se reunieron en el Centro Cultural Casa Mudéjar para dialogar con la comunidad acerca de las enfermedades mentales mostradas dentro de la industria cinematográfica.
A la cita también estaba invitada la psicóloga Cristina Maroun, sin embargo, no le fue posible asistir debido a problemas personales del tipo familiar. Con un público menor a 15 asistentes, el coloquio dio comienzo con Álvarez Mesta aclarando las diferencias entre las palabras “locura”, “psicopatía”, “patología” y “demencia”, a la vez que las aterrizaba al contexto actual.
Al mismo tiempo, se mencionaron películas como: “Taxi Driver”, “Midsommar: el terror no espera la noche”, “Una Mente Brillante”, “Mejor… Imposible”, “Toc Toc: Una Comedia Obsesivamente Divertida”, “Psicosis”, “Los Renglones Torcidos de Dios”, “El Castillo de la Pureza”, “Anticristo” y “Melancolía”.
“Hay cosas que tomamos como las más reales y genuinas y solo viven en nuestra imaginación. La persona más noble es capaz del acto más depravado, y el mayor criminal es capaz de cometer el acto más altruista”, comentó Álvarez Mesta.
Por su parte, Miguel Báez Durán, crítico de cine, añadió que la razón por la que las películas recurren a la creación de estos personajes, se debe a su deseo de construir historias más interesantes, recalcando que estos también resultan más atractivos para los actores que los interpretan.
“Así como en la literatura, en el cine siempre es muy atractivo un protagonista o una protagonista que se sale de la norma, porque de alguna manera está desafiando las convenciones de la sociedad. Un personaje que desafía a la sociedad, que desafía nuestro concepto de normalidad, siempre es más atractivo”.
Además, confesó no sentirse de acuerdo con la idea de que la masificación y popularización de estas historias incentiva a la población a cometer crímenes y desinhibirse:
“En cuanto a las personas que cometen un acto antisocial, un crimen o un delito, digamos que el trastorno ya está ahí, quizá de entrada. Y quizá, de alguna manera, ellos buscan algo que se les asemeje y es por eso que se sienten atraídos a ese tipo de representación”, concluyó Miguel Báez Durán, crítico de cine.
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